martes, 5 de abril de 2011

¿ Why ?

Esta palabra, en el centro de una página en blanco y con una fecha arriba, aparece en una antología del poeta inglés Saint John Pers. Es el poema (¿?) más breve con el que me encontrado.

“Por qué” es la pregunta que engloba a todo el universo, la pregunta de cada quién frente a su circunstancia; es la búsqueda ancestral que motiva todo quehacer humano.  Una sola palabra que  implica lo mismo una respuesta metafísica, que un anhelo de justicia, el camino a un descubrimiento científico o la urgente necesidad de Dios.

Es, simplemente, “la pregunta”. ¿ Por qué aquí, o por qué yo ?


Uno se encuentra con este “poema” que busca todas las respuestas posibles pero no da ninguna. Quizás las respuestas son sólo este intento que nos permite avanzar para llegar otra vez a ella. Volver a lo mismo pero con diferente mirada (dice T. S. Eliot), quizás porque el misterio es algo que no va a extenuarse nunca.

¡ Estoy cansado de pensar  ¡

Salgo con mi pregunta, con mi ¿Why ? a comprar cigarros. Aparece un costal de limones, verdes, resplandecientes, en el quicio de una tienda: “Que ansias de ser un río en ignorada soledad florida” y no solamente esta frase que ahora pienso. Cómo quisiera mandarle a alguien que quisiera, inexistente fantasma, cómplice involuntario de planeta, un mensaje de optimismo y de vida fuera de este  ¿Why ? que hoy es mi circunstancia.

Pero no sé mentir. Un poeta es un fingidor, pero no un mentiroso.

Porque bien podría hablar de cualquier otra cosa, aunque en este momento sea más importante mi deseo ( Fray Luis de León ¿?) de ser criatura, río, fruto o limón verde.

Adivino lo que piensa y me digo: Tiene Usted razón, todo esto suena muy egoísta, nunca dejo de  hablar y es porque “soy mucho de papel”, porque pasa muy pronto todo lo que pasa y Usted es......¿ Ha sido alguna vez  una tarjeta, un teléfono que dio a alguien en un bar ? A partir de ese momento todo lo empieza a  desfigurarse, todo lo que la realidad nos impone al día siguiente para olvidar lo que no está.

¿Usted  pensaría que es más importante tener cultura, o seguridad, o poder,  que tener color ?...... como un limón. Pregúntele a algún filósofo francés, o mejor a un limón, o más bien al mar. No crea que estoy loco, o sí. Eso es lo menos importante.

Tuve una fiesta, regalé un cuadro, estuve en Cuernavaca – ¿ lo habría cambiado por Paris ?  -, al día siguiente comí con mis amigos, miré a todos. Permanecí discreto, había demasiados protagonismos, demasiada simpatía programada y ganas de quedar bien. Me superaban en todo y, lo mejor, me sustituyeron en todo eso.

 Fui espectador y no por modestia, sino por vanidad y ganas de ver; cargaba un poco con mi ¿Why ?, pensaba en la verdad, y veía el comportamiento de los demás: ¡ Todos eran exitosos, todos habían triunfado ¡

Todos conocían, también y mejor a cualquier gente que se citara en la conversación, y nadie parecía guardar dentro de sí una ignominia, recordar una debilidad o un momento en la vida en el que el error trasciende. Nada de eso, todos eran pulcros, inmaculados, diría yo,  incapaces de haberse dejado de bañar un día a causa de una depresión, o haber tenido que pedir prestado alguna vez. Todos tenían éxito con la mujeres, les iba bien en sus negocios, habían concebido a los mejores hijos.

Y tú, preguntó mi ¿ Why ?, que has dejado ir por amor, que has contado moneditas en el metro después de tener chofer, dejado de pagar la luz, sentido envidia, celos, indiferencia, ingratitud. Tú, que tienes un hijo autista, que no aprendiste nada y miras al miserable en mitad de la calle con mezcla de piedad y alivio. Tú, que no le crees nada a (aquí un nombre de mujer) y te conformas con quererla así; que nunca te atreviste a mandar aquella carta, que tienes que salir de tu casa para ver a tus hijos.

Tú, que tienes tanto que confesar, ¿eres mejor o peor?

No hay comentarios:

Publicar un comentario