martes, 5 de abril de 2011

Del miedo repetido

El miedo estaba conmigo y en el poema estaba apareciendo :

Las letras  iban devorando el alma del hombre primitivo, con ese sentimiento tan antiguo, alrededor del fuego.

También hablaban del mío,
 del que nunca anda solo porque suele tomar
del brazo a la desidia, la angustia o las estrellas
 y  aparece otra vez,  temprano, a renovar su cita.
Estaba también el miedo asociado al hambre, la ignorancia, la vejez, la soledad, la muerte.
Miedo en el bar de cuarta, o miedo en la calle solitaria, en el misterio de una noche que pertenece a todos.
El poema se perdió, porque la nada existe, o el papel se esconde – eso también da miedo - y no recuerdo ya cómo es que terminaba.

Seguro estaba solo, con la culpa, y no con esta claridad de la mañana, donde tiro papeles y el bien se hace luz y me rescata.

 

































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