martes, 5 de abril de 2011

Jacobo Fijmann

México, D. F. 11 de agosto de 2009.        
Queridísimo Claudio:
En relación a nuestra última plática, que hablaste de Pessoa y yo de Jacabo Fijmann,  a quien conocí en Buenos Aires cuando salió del asilo y la comunidad de “intelectuales” le rindió un homenaje en los términos en que te lo platiqué, acoté dos párrafos, haber si te dicen algo. Fragmento de una entrevista y un poema.

¿Por qué está internado en este sitio?

Según los médicos debido a que estoy enfermo. Trastornos mentales. Yo creo sin embargo que la mayoría de la gente padece de trastornos mentales, incluso los propios médicos. El que más o el que menos padece de psicosis. ¿Y es que alguien sabe lo que es el alma, lo que es el intelecto? En el año 1952 me aplicaron electroshock. Se ve que querían sacarme la enfermedad del cuerpo. Pero yo no me quejo. Los médicos son buenos, hacen lo que pueden. Recetan, dan consejos... Y además si me fuera de acá ¿adonde iría?. No tengo nada, no tengo a nadie.

¿Cuál es esa demencia que se invoca en su poesía?

Es la demencia en sentido total. Hay formas que obedecen a los nervios centrales y otras a los periféricos. Y puede ser también un castigo. Cualquier enfermedad, aún el cáncer, es estado de locura. Y hay incluso gente que se alegra de estar loca. La demencia debe ser vista desde un punto de referencia moral. Y a esa pobre gente que está en este hospicio, habría que darle buena comida; la comida es mala. Enseñarles a sentarse en la mesa, a no robar, a no blasfemar. Y cambiar fundamentalmente la higiene. En mi poesía invocaba la locura. Aquí se conoce la locura....”

¿Se siente un enfermo mental?

No. Rotundamente. No. En primer lugar porque tengo intelecto, agente y paciente. Y mis obras prueban que no sólo soy hombre de razón, sino de razón de gracia. Los médicos no entienden esas cosas. Se portan fácilmente bien. Pero no pueden ser lo que no son. Simplemente toman la temperatura de la piel. Dan pastillas, inyecciones, como si se tratara de un almacén. Y olvidan que en el fondo es una cuestión moral. Y es que no conozco a nadie que pueda entender la mente. Sin embargo no los odio. Hacen lo que pueden. Lo terrible es que nos traen para que uno no se muera por la calle. Y luego todos nos morimos aquí




CANTO DEL CISNE
Demencia :
El camino más alto y más desierto.
Oficio de las máscaras absurdas...pero tan humanas.
Roncan los extravíos,
tosen las muecas
y descargan sus golpes
afónicas lamentaciones.

Semblantes inflados;
dilatación vidriosa de los ojos

En el camino más alto y más desierto
se erizan los cabellos del espanto.

La mucha luz alaba su inocencia.

El patio del hospicio es como un banco
a lo largo del muro.
Cuerdas de los silencios más eternos.

Me hago la señal de la cruz a pesar de ser judío.
¿A quien llamar?
¿ A quien llamar desde el camino
tan alto y tan desierto?

Se acerca Dios en pilchas de loquero
y ahorca mi gañote con sus enormes manos
sarmentosas, *
y mi canto se enrosca en el desierto.

¡Piedad! 



* en  fachas, con apariencia de loquero.
**de sarmiento, la rama nudosa de la uva, de donde brotan los racimos.

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