miércoles, 6 de abril de 2011

Narciso


UNO VUELVE A MIRARSE



Narciso se buscó a sí mismo en el espejo de agua,

pero su cara quedó desdibujada.

Entonces surgió el grito: Donde estás...

estás....estás,  respondió el eco.

Narciso estaba sólo.


Todo llega a su fin, tiene uno que darse cuenta.

 La circunstancia es siempre como un espejo donde

uno vuelve a mirarse, a aceptarse de nuevo,  como

en cualquier  mañana antes de peinarse


Es el tiempo entreteje las cosas, igual que el poema al sentido,

la vida a los encuentros,  la despedida a la  pena, la ilusión

al cambio.


Uno vuelve a mirarse en el espejo de la vida, a veces

como faltando algo, otras como mirando un porvenir,

pero siempre obligado al arreglo, como si el otro momento

fuera el escenario obligado a intentar lo  reciente y crear

un nuevo espacio.


En el estanque de Narciso, en el espejo de la vida, en el

espejo del tiempo y de la circunstancia, y hasta en el espejo

de Alicia,  uno acaba por reconocerse, mira en los ojos del otro

y se da cuenta que ya no queda nada.






*

No hay comentarios:

Publicar un comentario