jueves, 7 de abril de 2011

Pedazos de los días

Principios de julio de....

Hoy atravesé al camellón, ancho por cierto, que hasta parece un jardín, y  estoy ya de regreso en mi escritorio.  Me robé el oficio de inspector de nubes, deposité la punta del cuerno de pan,  que siempre compro, en un tronco donde sé que viven lagartijas – si ellas no comen pan llegarán pájaros de visita -, me robé también unos minutos de Sol. Regresé al trabajo, escribí estas letras frente a la computadora como un cibernético homenaje que nada tiene que ver con las copas de los árboles vistas desde abajo, y aquella mariposa que salió volando y dejo de ser hoja.



                                                                  Mediados de julio de....
Efímera, esta tecnología de la computadora. Un pequeño error, una tecla por otra y desaparecen páginas enteras. El diario contenía muchos momentos que no están, había escrito de las cosas que suceden en el angosto parque, de los pájaros citadinos, acostumbrados al ruido de los camiones, sin domicilio fijo y respirando smog; de mi compartir con ellos el pedacito de pan, mi lectura de Giovanni Papini y la vida de Jesús, el sermón de la montaña y la contradicción, la vuelta de Unamuno y el “Sentimiento Trágico de la Vida” en una nueva edición de color  azul, como el mar de Simbad, que iluminé de niño.


                                                                  Finales de julio, todavía
Ayer estaba como siempre – solo y en un bar – y el surrealismo todo se quedó pasmado. Como un mimo  que interrumpe su acto un en la calle vacía y contempla un pequeño bote sin monedas, me asomé a la ventana y vi que la vida daba vuelta a la esquina, la vida el concepto mismo de la vida, la tuya, la mía, con su falda corta y la luz de un fanal.  Daba vuelta como una palabra con diptongo, buscando una calle donde hubiera glicinas...

Como una línea que se traza sin motivo, por distracción, miré la línea de mi vida en el cuaderno, leí el párrafo anterior, pensé en los cientos de cigarros que he fumado buscando las palabras de explicación o escape: “me sucedió” eso es  todo, ahí estaba la ganancia o la pérdida, cualquier explicación sería volver a lo mismo.

La distracción se robó, por fin, a la palabra escrita  que aprovechó ese momento para peinarse en el baño y salir a escena. Transé  con la música, la aparición, lo barato, el milagro, lo escribí y se  lo dije a la mujer  de junto: “Los gnomos están de fiesta, pero no sé por qué”. ¿ Valdría la pena pensar en esto y que dijeras algo?

Dejar de ser es la naturaleza de las cosas, la esencia de los pensamientos, el destino de las almas, del encuentro que se escapa. ¡ Que precios tan altos he pagado por cada uno de los momentos¡ No era mucho, quizás, pero era todo lo que tenía.
No tengo otro testigo, otra vez, que este cuaderno. La vida es acción, lo aprendí de Ortega, lo sé de cierto. La vida es acción irremediable, pero trajo consigo al sueño, la contemplación, esta patológica y ya no tan discreta intención de distraerse con lo bello. La locura fue pensar que así habrían de querernos.




Borges se lamentaba de no haber sido feliz, yo... no me lo perdono.  Como una línea que se traza sin motivo, por distracción, veo mi vida en el intento de un párrafo,  los cientos de cigarrillos que he fumado sin encontrar las palabras.

Ahí estaban sí, desde niño escuchándose a sí mismas cuando mi padre me leía sus artículos del periódico y poco entendía yo, ahí estaban cuando iba con mi madre a cobrar sus colaboraciones a la revista y en la casa, en todas partes,  las palabras mudas del aburrimiento, los libros inadecuados: Unamuno, Ortega, Menéndez y Pelayo, Julián Marías, y algunos muy bellos, como la Historia del Mundo de Van Loon. Estaban los silencios y las palabras que se repetían dentro, las que se regateaban los dos, mis padres que por años no se hablaron.


Yo he sido cobarde. Se puede ser ladrón, malo, ruin, cualquier cosa, menos cobarde. Me reservo antes de morir, morir por algo, buscar algo sublime. Ojalá me dé tiempo.


No estoy nada. Ni triste, ni contento, nada en concreto. Si acaso  estoy solo por no poder soportar a otros mas que breves minutos y esos minutos estar tan  lejos.






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