martes, 5 de abril de 2011

Mesopotamia


 Mesopotmia

 

Sobre la “Relaciones de tensión” apunte hecho con “ideas al vuelo”.

Cuando hablamos de la “relaciones de tensión”, es cuando el hombre  descubre  lo bueno y lo malo de sí mismo. Esto que le da poder, que lo hace adueñarse de la naturaleza, ser partícipe de ella, que le da ingerencia sobre ella. 

Esto tiene que ver con nuestra primera definición de espíritu (fuerza que le permite trascenderse más allá de  su ser físico) y que lo hace crear música, poesía, literatura, medicina, ciencia, formas, - cosas buenas -  pero que también lo hace hacer la guerra, esclavizar a otros hombres, decir mentiras a todo un pueblo, sentir culpa, - cosas malas que entran en tensión- y lo urgen buscar el perdón de dios.

Esta distancia, esta “tensa relación” entre lo bueno y lo malo que lo habita, forma parte de su condición humana y corresponde, por una parte, a su naturaleza biológica, pero por otra, y la más importante, a su cultura. Sólo él busca “purificarse” de lo malo, encontrar lo bueno, pedirle a Dios.



 Mesopotamia es sin remedio. El hombre,  hecho de arcilla -  somos alfarería de Dios -, va grabando en su rostro y en el alma de los demás su propia historia. Sigue mirando un cielo que no ha cambiado. Vuelve sobre nosotros
Lo que sucede, lo que no sucedió, lo que soñamos que pudo haber sido y hasta  lo que nos olvidamos de soñar,  la respuesta escrita en una tablilla para estar menos solos hoy, siempre está con nosotros.  El antiguo  diluvio nos moja hasta los huesos después de cada pena, y ese mismo Sol aparece el día que menos se espera.
                                   
Aquí les pido intentar la poesía  y descubrir que las palabras, lo escrito, lo que nos regalaron los sumerios, la literatura misma, tiene un misterio para cualquier destino. Invito a un experimento de imaginación, a vivir, como hace milenios,  en esta clase.
A quitarle a la Historia lo que hoy sabemos de ella,  todo lo aprendido,  y que se muestren solas las ideas, el arte, lo bueno, la catarsis, la creatividad,  en el silencio de la piedra o en una tablilla de barro que ustedes mismos hicieron en la escuela hace milenios. Si uno intenta estar ahí con la imaginación, si uno está aquí, sin remedio, puede, cuando menos intentar – creativamente – recrear las palabras que ellos inventaron. (¡ Qué loco¡ ).




Zigurat o Babel       

Génesis  11: 2  “Los hombres de aquellos tiempos hicieron una ciudad llamada Bab-el –um y construyeron una torre para llegar al cielo y ver a Dios”.



Busco un poema que deje pasar la luz y sea amigo del agua, que soporte en  silencio la ilusión milenaria del amor  que pasa, la siembra, la cosecha, la guerra, la esclavitud  y el tiempo de la espera.

Que sea como un aire de civilización que hizo rodar al mundo, como la construcción que otros hicieron acomodando piedras para ganar altura y estar cerca del cielo.

Que nos comprenda ya viejos y que reparta con equidad el esfuerzo y el  dolor que, como el pan,  ha sido nuestro.

Lo quiero como un sueño que haga que se conmueva Dios cuando se ve implacable con nosotros.

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