martes, 5 de abril de 2011

Acerca de los encuentros programados

Cuando hay un predominio excesivo de la historia, la vida se desmorona y degenera. En esta degeneración, se arrastra, también a la misma historia. 
                                                                 Nietzche

Sí, leía a Nietzche cuando llamaron de esta irreal, surreal, mercantilista, casi tonta, y casi maravillosa, sin que ni siquiera ellos lo sepan, empresa de “encuentros”.
Ya ni siquiera me cuestiono por qué llegué aqui. Más que por soledad - hace tiempo que repito esa frase de que “a la soledad se le permite todo” -  por aburrimiento. Quizás por esta “devoción” por la magia que sugiere el “encuentro”, bajo la premisa de que por alguna u otra razón, también el otro “busca”.

Además de lo que reflexivamente signifique esto de que encontrarse con uno se vuelve posible porque existe el otro, porque el espejo para verse es siempre el “otro”, está la “ilusión” de algo distinto que, para un ser pleno de imaginación, es algo maravilloso. 

Lo desconocido es fascinante, pero si está dispuesto a mostrarse, si existe una intención de mostrarse, lo es aún más; la coincidencia de buscar y desear apostar a un encuentro es un premisa que produce ilusión por las razones que sean, pero sin duda crea también una expectativa, y estar a la expectativa es permanecer sin actuar ni tomar una decisión hasta ver qué sucede. 
Ese es el misterio que cada quien enfrenta y al que hay que llegar, cuando menos, con una actitud, pero...¿ Cuál ? 
La emoción de lo nuevo, la ilusión de que puede ser maravilloso, la del momento mismo que imponga el olvido de otras historias para dejar espacio a la que llega. Más aún, con la actitud de poder adaptarse, sin pretensión alguna, a la comprensión de expresiones, contenidos y modos que, precisamente por ser distintos o distantes, implican la posibilidad de comprender “otras” cosas. El ser humano es siempre alucinante, “comprender” y traducir toda una serie de expresiones hacia uno mismo y el mundo, en el tiempo y el espacio posibles, es una oportunidad que conlleva  a la magia.
Por otra parte, también debe llegarse con entusiasmo. El encuentro es algo que sucede, es una vivencia que implica a otro ser humano  y, como tal, debe llegarse libre. La libertad es un deber del sentimiento..Que podían legarnos nuestras historias....Todo, menos una conclusión definitiva, la conclusión pone término, fin a una cosa, pero en la vida no hay conclusión definitiva. La naturaleza humana no puede darla, existe siempre el misterio y un final es un misterio también.  Todo acontecer en la vida, se suma, existe por primera vez y se muestra, todo junto, al encuentro: Somos un resultado siempre inacabado












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